En el fascinante mundo del diseño gráfico, la pasión a menudo oculta una realidad sombría: la presión creativa y el desgaste emocional que enfrentan los creadores. Este tema, que ha permanecido en la sombra, ahora emerge con fuerza, revelando historias de agotamiento y luchas silenciosas. Como diseñador interactivo, he sentido en carne propia esa presión, donde cada proyecto se convierte en un desafío no solo técnico, sino también emocional. Es vital que hablemos sobre la importancia de cuidar nuestra salud mental en un campo que requiere tanto de nuestra creatividad como de nuestra energía. La creación debería ser un acto de expresión y no un sacrificio. ¡Es hora de priorizar nuestro bienestar y fomentar un entorno donde la creatividad fluya sin límites ni agobios!